El escritor de ciencia ficción Domingo Santos hace un análisis realmente exahustivo de qué es un crítico literario y cual es su tipología, todo ello desde un punto de vista profundamente irónico sobre la profesión. La soledad del crítico literario.
«Hay que distinguir también a quienes basan sus críticas en la forma de quienes lo hacen basándose en el fondo. Para algunos críticos, la base de la excelencia de un libro está en la pureza del lenguaje que emplea, en el estilo. Para otros, en cambio, una obra literaria tiene que centrarse básicamente en el tema y su desarrollo, el estilo es secundario. Haciendo caso omiso del hecho de que la virtud está siempre en el centro geométrico de las cosas, buen número de críticos se decantan ostensiblemente hacia uno u otro extremo. «La trama está bien hilvanada y se sigue con interés; lástima que el estilo literario flaquee…», o «Lo que más hay que destacar de esta novela, por encima del tema y su desarrollo, es su virtuoso empleo del lenguaje…» Por supuesto, un equilibrio entre ambos extremos sería lo ideal, pero lo ideal suele ser una quimera. Lo exquisito del lenguaje de una obra no es suficiente si está vacía de contenido, y a la inversa, una trama trepidante no satisfará al lector si está deficientemente contada. Por ello, un crítico nunca debe de anteponer el fondo a la forma, o viceversa: los méritos o deméritos de una obra residen en el justo equilibrio de los muchos factores que la componen. El crítico que anteponga uno de ellos a todos los demás —y esos dos son los más frecuentes— hace un flaco servicio a su profesión.»