José Ángel Berrueco descubre el truco de la cocina minimalista y el significado profundo de una frase que se pronuncia tan distraidamente como “Pues antes las raciones aquí eran más grandes”. Menos por más.
«La otra noche fui con mis amigos a cenar. Me tocó elegir el restaurante y hacer las reservas. Escogí un sitio céntrico y distinguido del que guardaba un grato recuerdo (en los ojos y en el paladar). Recordaba precios no excesivos, degustaciones de vodka y raciones en su justa medida. Durante los postres lo recordé: no pisaba por allí desde hacía un par de años, más o menos. Lo recordé porque el menú y el precio actuales ya no guardaban mucha relación con lo que prendió en mi memoria. Al acabar los entremeses, nos quedamos con hambre. Como si hubiéramos comido media docena de aceitunas por persona. Pedimos más al camarero. Es ahí donde supe que nos la iban a clavar.»