Ya sólo por el título merece ser recomendado el artículo de Carlos Monasterio Escudero: Política fiscal para adultos. Y ahora pueden ustedes cambiar el sintagma “política fiscal” por cualquier otro y yo les apoyo. Y en fin, reclama el autor menos juegos de palabras vacíos y mayor claridad, y pone él un poco en el mundo de los impuestos.
«Plantear el debate como impuestos sí o impuestos no es un simplismo del que deberíamos huir. Los impuestos, como las pruebas médicas molestas, son algo que no se justifica por sí mismo, sino como el medio para alcanzar un fin superior; el nivel de bienes públicos decidido socialmente, en un caso, o el mantenimiento de un buen estado de salud, en otro.
En el contexto de la actual crisis económica, lo relevante es cuáles son las prioridades del sector público español y cuánta política expansiva nos podemos permitir, porque la sucesión de déficit equivalentes al 10% del PIB no es sostenible.
A partir de aquí, si estamos dispuestos a manejar la política fiscal en la edición para adultos, no podemos empezar por el capítulo de cuánto vamos a subir los impuestos; antes deberíamos mirar los correspondientes a para qué vamos a subirlos y si existen alternativas a esta subida y finalmente, cuáles vamos a subir, si decidimos hacerlo y qué Gobierno debe hacerlo.»