Parece que el sistema educativo español no es el único en estar en crisis. El norteamericano, según William Astore, también lo está, y el autor se esfuerza en detectar algunos problemas y derribar algunos mitos: La educación en almoneda, la fábrica de tecnócratas y la tortura de las almas.
«Y hay un segundo mito, más difundido aún y procedente del mundo de la tecnología: las aptitudes técnicas son la clave del éxito y de la vida misma, y quienes se hallan en el lado equivocad de la divisoria digital están condenados a vidas miserables. De eso se sigue necesariamente que los computadores son una panacea, que introducir en el aula la tecnología correcta y ponerla en manos de los estudiantes y de los profesores resuelve todos los problemas. La clave del éxito, en otras palabras, son las pantallas interactivas inteligentes, no los profesores inteligentes en interacción con estudiantes curiosos. Consecuencia: dosis de lecciones enlatadas servidas con eficiencia PowerPoint y estudiantes que se esfuerzan como robots en copiar todo lo que aparece en las diapositivas, cuando no se limitan a exigir que todas las presentaciones se cuelguen en el servidor local.
“Un “extra” de ese enfoque es que los institutos de enseñanza secundaria pueden medir más fácilmente (o “evaluar”, como ellos dicen) cuántas aulas tienen conectadas a la red, cuántas lecciones on-line imparten, incluso cuánto dinero reportan sus profesores a la institución. Con esas y otras métricas en mano, puede reclutarse, o retenerse, a estudiantes y a padres, con datos de aparente autoridad: tasas de éxito en la colocación laboral, remuneraciones salariales promedio de los graduados, incluso tasas de satisfacción de los alumnos (que arrojan, normalmente, sus mejores resultados cuando su equipo de fútbol va ganando).»