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¿Quién tiene que adaptarse a quién?

Lo que Javier Celaya recoge en iBookmark. Lectura personalizada y escritura ‘geolocalizada’ acerca de la adaptación del texto según dónde se encuentre el lector, a Txetxu Barandián le suena un poco a cuento personalizado y así lo dice en ¿Quién tiene que adaptarse a quién?. Dos entradas muy interesantes, dado que ambos son asesores en el mundo del libro, y dado que en el mundo del e-book todo está por descubrir y es bueno pararse a reflexionar en ventajas y desventajas.

De Con Valor

«Javier recogía hace poco en dosdoce las posibilidades de adaptación de la obra creada en función, entre otras, de la variable geográfica.

Yo, personalmente, no lo acabo de ver. Me suena a ‘cuento personalizado’ y creo que en lo que es creación literaria textual cerrada el valor no está en la ‘adaptación de lo superficial’, sino en la capacidad de ‘llegar desde el fondo’.»

De Comunicación cultural

«Con iBookmark, presentado en la última ‘Conferencia sobre la interacción hombre-máquina’ que tuvo lugar hace dos semanas en Boston, los escritores pueden crear historias que varían en función de la geolocalización de su lector electrónico. El iBookmark utiliza un “plug-in” del e-book que consiste en añadir un sensor de GPS para geolocalizar un lector. Una vez localizado el e-reader, el dispositivo analiza el contenido de éste con el fin de modificar algunos de esos contenidos, según su geolocalización (nombres de lugares, nombres de jefes de Estado …).
(…)
Por supuesto, el día de mañana, el libro electrónico podrá adaptarse a otros objetos inteligentes que tenga alrededor y a otras cosas que no sean sólo la ubicación. Para ir aún más lejos en cuanto a la adaptación del contexto en la lectura se refiere, puede detectar un objeto familiar en las inmediaciones del lector y hacer que el texto se modifique, se transforme, en función de ese objeto, gracias a la simple geolocalización y análisis de los objetos conectados en las proximidades. Sin duda una perspectiva fascinante para el desarrollo de la implicación por parte del lector. Y, sin duda, para el juego creativo del escritor.»

Ana Lorenzo | 16/05/2009 | Artículos | Mundo del Libro

Comentarios

  1. Alber
    2009-05-16 14:26

    Bajo mi punto de vista, esto de la geolocalización de los libros es una gilipollez y un paso más en la idiotización del lector: ¿por qué hay que adaptar un libro a un lector determinado? ¿Tan difícil es leer libros cuya trama transcurre en lugares distintos al nuestro? Como para leer a Emilio Sagari están estos…

    El problema es que la gente no aprende. Que se pueda hacer, no significa que sea una buena idea hacerlo. Hace unos diez años, el futuro pasaba por las neveras conectadas a internet. Quién no tuviera una nevera conectada internet iba a ser un paria de la tierra. Hasta hoy.

    Por cierto, ya que estamos, ¿qué es un asesor del mundo del libro? Es que yo jamás he visto uno vivo. Debe ser que nos movemos en ambientes distintos, pero nunca he conocido a una sola persona en este negocio que contratara asesores externos. Qué cosas…

  2. Marcos
    2009-05-16 14:42

    Estoy de acuerdo Alber, cuando leí lo de la geolocalización pensé lo mismo; entre otras cosas eso acaba con lo que el libro pudiera tener de acercamiento a otros mundo. Sin embargo, me perece bien que se ensaye; estamos en un momento de perspectivos muy abiertas y es lógico que se pruebe todo lo que se tiene a mano, ya el tiempo dirá qué queda y qué no.

    Saludos

  3. Alber
    2009-05-17 01:55

    La literartura es como el sexo: hay que ir con una mentalidad abierta pero tampoco hay por qué probarlo todo.

  4. Marcos
    2009-05-17 02:33

    Que no, que no hay por qué, pero ¿y si alguien lo hace? ¿es censurable?

    Saludos

  5. Alber
    2009-05-17 12:18

    Hombre, censurable, censurable… pues no. Que cada cual haga lo que le parezca, faltaba más. El problema viene cuando uno tiene una idea estúpida, la prueba y no comprueba lo estúpido de su idea. Es entonces cuando, resuelto, decide contárnoslo a los demás y convencernos de lo genial de su memez. Libros cuyos personajes y localizaciones cambian en función del lugar donde esté el lector. La mayor revolución después de la imprenta. Etc. Un coñazo. Sobre todo si no eres asesor del libro y no estás obligado a perder el tiempo con la primera tontería que pase por delante.

  6. Ana Lorenzo
    2009-05-17 13:27

    Primero, a Alber: «Por cierto, ya que estamos, ¿qué es un asesor del mundo del libro? Es que yo jamás he visto uno vivo.» Debo suponer que al menos habrás visto alguno muerto, ¿no? :-) Es broma. Supongo que los asesores especializados en el mundo del libro (pero que Txetxu o Javier me corrijan, si no) vienen a especializarse en estas épocas, en este siglo en que el sector entra precisamente en una etapa en la que las editoriales tradicionales, las librerías tradicionales, las formas de distribución, etcétera, deben afrontar cambios muy grandes por un montón de razones debidas a las nuevas tecnologías: el desplazamiento de gran parte del público de los suplementos culturales de los periódicos en papel a los blogs o a suplementos culturales de esos mismos periódicos en línea; la consulta de la gente a los catálogos de las editoriales en la red; la globalización en la que muchos compran en red y no encargan a la librería; bueno, yo no soy asesora, así que pararé aquí, pero los estudios de Dosdoce y Ediziona y las reflexiones en Dosdoce, y las observaciones y análisis y reflexiones en Convalor dan cuenta de muchas más. Para informarte mejor, sobre la asesoría de Javier Celaya y su equipo puedes empezar consultando esta página y sobre la asesoría de Txetxu Barandián y su equipo, esta otra.

    En cuanto a lo de la geolocalización, estoy con vosotros en que cambiar el libro según el lector sea de un país u otro es, como dice Txetxu, algo así como uno de esos cuentos personalizados, una chorrada. Sin embargo, estoy con Marcos y con Javier en que es lógico que se pruebe todo, más que nada porque de una cosa que puede no enriquecer nada la lectura ahora mismo (desde luego quién imagina al Leopold Bloom dublinés como un David Péres madrileño, por ejemplo, o a Sandokán como el Halcón de las Canarias en vez de como el Tigre de Malasia), incluso matar la obra, quizá tenga aplicaciones en lectura fácil o en algo que aún no imaginemos.

    A propósito de todo este tema, está muy bien leer la recomendación que ha hecho Marcos de Nosololibros, Algo más que el futuro del libro: el futuro de la literatura ya en la página me encuentro, además del párrafo muy interesante que ha entresacado Marcos, reflexiones como esta: «Estas nuevas formas de literatura podrían ser igualmente formas nuevas, pero marcadas. Estos mismos consumidores son los que leen el libro por un lado y ven la película por otro y disfrutan de su comparación, habría que ver si disfrutarían igual de su mezcla.» Con la que estoy de acuerdo. Y con esta: «No obstante, y dado que los nuevos medios producirán nuevos cambios, nada asegura que las formas marcadas puedan extenderse hasta hacerse no marcadas. Al respecto, conviene recordar que en lectura de libros NO existen aún nativos digitales y que habría que esperar decenas de años para saber los verdaderos efectos sobre una generación que naciera ya leyendo siempre en pantalla.», que me parece muy oportuna, porque es cierto que nativos digitales no hay aún (que pasen de los tres años, al menos en este país, y aun esos son minoría); y eso sí que cambiará, o no, la literatura por efecto del soporte. A mí me parece que tendemos ser más futuristas y apocalípticos que el futuro (tipo 2001, odisea en el espacio, 1984) y luego este nos alcanza con cambios mucho más sutiles y que tienen efectos que no habíamos previsto, sin embargo.

    Oigan, moderen los comentarios, que menudos rollos les cuelan :-)
    Un beso.

  7. Alber
    2009-05-17 14:35

    O sea, que los asesores del mundo del libro son gente que dice conocer qué va a suceder en el futuro y que luego busca un incauto para intercambiar esa información por dinero. Como Rappel, pero sin gafas horteras. Vale, ahora lo entiendo. ¡Gracias por explicármelo, Ana!

  8. Ana Lorenzo
    2009-05-17 15:15

    Muy simplista, Alber :-) Lo de Rappel no tiene nada que ver; aunque no sé mucho más que tú de él aparte de las gafas horteras —y ¿túnicas horteras? ¿o ese es otro?—, me da que es un timo, ¿no?
    Lo de asesorar a empresas funciona desde hace tiempo en empresas dedicadas a todo tipo de negocios.
    Lo que diferencia a estos asesores es que conocen en especial el mundo del libro, que tiene unas particularidades acusadas: como sector cultural que es; dado, además, que el libro está regulado por una ley distinta a los productos de venta (porque no es un mero producto); que, aunque esa ley en teoría recoge el libro electrónico, en la práctica el impuesto que se aplica o el precio fijo no es como se dice (esto también se debe a que la legislación es local, mientras que el e-book es un comercio, por ahora, más bien sin fronteras, supongo); etcétera.
    Muchas editoriales y librerías se han puesto en manos de estos asesores y no creo que todos estén equivocados y estén pagando por algo que no merece la pena, Alber.
    Aparte, también hay que tener en cuenta que tanto Convalor como Dosdoce (y otros blogs que dependen de ellos Comunicación cultural, Elogio de la librería) comparten bajo copyleft mucha de la labor que realizan y que es bien interesante.
    Me gustaría que Txetxu o Javier, o los dos, o alguien de su equipo, si leyera estos comentarios, escribiera una nota en su blog o aquí mismo —estoy segura de que Marcos estaría encantado de publicarla— explicando bien (no como he hecho yo) en qué consiste realmente la labor de un asesor del mundo del libro, para que se viera la importancia que tiene.
    Un beso.

  9. Alber
    2009-05-17 16:54

    Gracias por las aclaraciones. O sea, que esta gente conoce muy a fondo el mundo del libro (aunque desde fuera del mundo del libro, porque ni son editores, ni autores, ni distribuidores) y le explican a la gente que trabaja todo el día en el mundo del libro cómo es el mundo del libro. Y la gente del mundo del libro que trabaja todo el día en el mundo del libro y que conoce perfectamente cómo es el mundo del libro paga sin rechistar a alguien de fuera del mundo del libro que no conoce de primera mano el mundo del libro por explicarle La Verdad en torno al mundo del libro. Es así, ¿no?

    Qué cosas.


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