Ramón Lobo hace una portentosa recopilación (y resumen) de sus crónicas de las dos últimas décadas sobre Guinea Ecuatorial, la excolonia española que cuarenta años después de su independencia sigue bajo una dictadura.
«Tras la primera crónica publicada en la que recogía las denuncias de los detenidos sobre torturas y el corte de algunas orejas, el entonces primer ministro, Miguel Oyono, me mandó llamar a su despacho. Cuando salía del cine Marfil, sede del juicio, mis compañeros me despidieron de forma cariñosa: “Tú, Missing. Si no regresas llamaremos al embajador”. La reunión con el primer ministro fue tensa. Como estaba convencido de que de ahí salía directo al aeropuerto mantuve una actitud digna que en algún momento se pudo interpretar como insolente. No fui expulsado, pero Oyono se negó a darme la mano. El ministro de Información, molesto porque le había mencionado en la crónica, me espetó cuando me llevaba de regreso al juicio: “Ahora seguro que publicas esta conversación”. “Nadie me ha dicho que era off the record, lo haré si lo considero oportuno”, respondí.»