Eleonora Vallazza escribe sobre la creciente digitalización de los fondos de las grandes bibliotecas y su ofrecimiento al público. El título Las bibliotecas, al alcance de todos, pudiera llevar a engaño: hasta el momento la digitalización suele ser de clásicos (léase sin derechos).
«Esto significa, ni más ni menos, que buena parte del acervo libresco de la humanidad empieza a estar disponible para cualquiera, en cualquier momento y en cualquier lugar. Internet no necesariamente representa una utopía del conocimiento, pero en la vastedad de su océano hay islas cuyo paisaje se parece mucho al de la globalización del saber. Su impacto dependerá de las inquietudes del usuario. El impulso que las bibliotecas digitales han cobrado en el último tiempo marca un nuevo desafío para aquellos de veras interesados en descubrir los grandes tesoros de la cultura universal.»