¡Pingüinos hasta en la sopa! “El código abierto corre como un reguero de pólvora por los pasillos de los organismos del Estado. A quienes gestionan el dinero público se les exige estirar lo más posible el presupuesto y los embajadores del
open source han ido a contarles cómo sería un mundo sin dolorosas licencias de software”.
Una ley para el software libre es lo que ya se ha propuesto en California, pretendiendo prohibir a los gobiernos comprar software de Microsoft o cualquier otra compañía que no abra el código fuente de sus programas y su política de licencias.
“La batalla del software libre tiene lugar, pues, tanto a las puertas de las empresas como en la esfera política”.