El gobierno italiano está buscando la manera de evitar la evasión generalizada de impuestos, acudiendo a la iglesia si es preciso en busca de ayuda. Al mismo tiempo, los parlamentarios del país trasalpino reciben sueldos estratosféricos e injustificados. En ese contexto, un parlamentario de centroderecha es obligado a renunciar al ser encontrado en una habitación de hotel con una prostituta que tuvo que ser ingresada con sobredosis de algún estupefacciente. K-2 (que nombre más corto) se escandaliza sobre todo de lo dice Lorenzo Cesa, secretario general del partido político de este parlamentario: “El señor Cesa nos dice que la vida del parlamentario es una vida muy dura, debido a la soledad que los embarga (él fue eurodiputado): están lejos de su tierra y familia, por lo que entiende que algunos de sus colegas empujados por la soledad hagan cosas como esta (¿tener sexo con dos mujeres simultáneamente entra dentro de la cotidianidad de algunos parlamentario?, ¡coño, ni en pornoland!). Lo condenable es la sugerencia que da el hombre para evitar este tipo de cosas: incremento del sueldo de los diputados para que puedan traerse sus familias a Roma”. Sexo, drogas y parlamento. [ Ref: Marta Salazar ]