No es nada nuevo que las carencias económicas y políticas de la ONU limitan su capacidad de acción. La intervención en Haití, apoyada por todos los países de la región menos por el régimen de La Habana y Caracas, es un ejemplo de buenas intenciones con poco presupuesto. Pero aún así, se trata de hacer algo o cruzarse de brazos. Vaclav Havel: Poner fin a la tragedia de Darfur. “La anuencia del gobierno de Sudán al despliegue de la misión híbrida de las Naciones Unidas y la Unión Africana, que tiene por objetivo mantener la paz en la región, es por supuesto un acontecimiento bienvenido. Sin embargo, su mandato debe ser lo suficientemente sólido como para permitir la completa protección de la población civil. Más aún, esa fuerza debe tener suficiente dotación de hombres, capacidad y financiamiento como para poner este vital objetivo en la práctica de manera eficaz. Los países e instituciones que han comprometido fondos adicionales para ayudar a asegurar el éxito de esta misión –en particular Francia, España y la Comisión Europea- deben ser aplaudidos.”