La discriminación laboral amenaza la democracia, de Juan Antonio Herrero Brasas. Yo me pregunto si algo que no existe puede ser amenazado; si lo prefieren, puedo aseverar que la discriminacón laboral NO amenaza la democracia: consuma su defunción: “La Constitución Española prohíbe explícitamente toda discriminación por circunstancias personales tales como sexo, raza, edad, o apariencia física. Y, sin embargo, la violación de este principio constitucional es flagrante, pública y constante en España.”