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La vida fingida

Eduardo Jordá, La vida fingida. El siguiente extracto no representa significativamente el sentido del texto, sólo lo anuncia: “Porque este aumento de los millonarios coincide con el derrumbamiento silencioso de la clase media, esa clase que subsiste con sus nóminas raquíticas, y sus trabajos aburridos, y su indefensión ante los abusos de los bancos y las constructoras y las compañías eléctricas, y sus vidas fingidas en las que sólo cuenta el baño de la niña y la barbacoa dominical. Y entonces pensé que el imaginario colectivo de nuestra época lo tiene claro: sólo los millonarios viven una vida real, mientras que las familias que se las apañan para llegar a fin de mes tienen que contentarse con la vida fingida de las emociones desgastadas y los sueños truncados. En la vida fingida no vives en Bangkok, sino en un adosado desde el que ves otros cientos de adosados iguales que el tuyo. Y en la vida fingida no hay posibilidad de huir: todo sigue igual, nada cambia nunca.”

Marcos Taracido | 03/07/2007 | Artículos | Crítica social

Comentarios

  1. enlace mal
    2007-07-03 13:14

    Hola, el enlace está mal, le sobra el “punto-y-coma” del final. Enhorabuena por LdN, un saludo.

  2. Insignificante
    2007-07-03 19:35

    La huida a Bangkok desembocaría de forma inevitable en otra vida fingida: nueva rutina, nuevas ataduras, nuevas decepciones, nuevos deseos de cambio.

    Me atrevería a afirmar (lamentablemente no tengo conocimiento directo del asunto) que la vida de los millonarios también es fingida. Más cómoda que la de la clase media, qué duda cabe, pero también fingida.

    Siempre nos queda la posibilidad de huir: pero se trataría, evidentemente, de una huida ficticia. La literatura, el cine, cualquier hobby o afición, el coleccionismo, el deporte, la religión, las drogas: todo puede ser entendido como formas más o menos elaboradas de escapismo. Había un libro, cuyo autor no me viene a la cabeza, que resumía el conjunto de nuestra cultura como un intento de escapar de una realidad que nos supera y a la vez nos resulta insuficiente…

    Como últimamente estoy bastante negativo, me atrevo a soltar aquí un pensamiento a todas luces erróneo, pero que en este momento concreto me resulta sugerente: quizá el cultivo consciente, concienzudo y constante del arte de la evasión sea la única forma tolerable de vivir.

  3. Marcos
    2007-07-03 19:43

    Pero entonces, si toda vida es fingida, entonces toda vida es real; es decir, si caremos de excepciones, entonces no hay fingimiento; yo diría que Bangkok es real como posibilidad, e incluso en su momento inicial de materialización; después, como bien dices, se vuelve fingida. Pero creo que hay gente que está casi siempre huyendo a Bangkok.

    Saludos

  4. joseluis
    2007-07-03 20:41

    Pues eso creo, Marcos. Que se huye de Pontevedra yendo a Bangkok y de ahí se huye yendo a … adonde sea. En Bankgok se está como en una etapa, no como final de sueños. Que si hay vida más allá de Pontevedra, hay sueños más allá de Bangkok.

  5. Avalon
    2007-07-04 00:20

    Casi todo es fingido, actuamos incluso para nosotros mismos, ante el espejo del baño.
    Creo que el que tiene más es menos consciente aún de esto, en todo caso finge más, aunque él no lo sabe.

  6. daniel
    2007-07-04 11:49

    ... pero la niña que hay que bañar sí que es real. Y no es culpable de nuestras frustraciones. Así que voy a por el gel y la toalla…


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