Muy interesante artículo de Eduardo Subirats sobre el concepto moderno de «fascismo» y sus interpretaciones: “Por decirlo más exactamente: la predominante interpretación academicista norteamericana ha convertido el fascismo en un fantoche nacionalista, al mismo tiempo que lo ha deslindado del colonialismo y el imperialismo financiero y militar, que sin embargo han sido sus fuentes modernas. En consecuencia se siguen ignorando los ostensibles vínculos del fascismo de ayer y de hoy con las corporaciones industriales, energéticas y militares. Y, sobre todo, esta definición políticamente correcta del fascismo se ha preocupado por silenciar las dos interpretaciones críticas más importantes del fascismo, formuladas inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial: la de Karl Polany, que ponía de manifiesto el intercambio de signos entre neoliberalismo y fascismo, y la de Max Horkheimer y Theodor W. Adorno que señalaban su continuidad con la tecnociencia baconiana.” El fascismo después de Auschwitz.