Sebastián Dozo Moreno ve en la muralla que separará Estados Unidos de México un signo más del advenimiento de Una nueva Edad Media, y se comparta o no su pesimismo, creo atractivo su punto de vista: “Hinc sunt leones (“Aquí hay leones”) era una inscripción de los mapas antiguos para señalar las tierras que quedaban fuera del mundo civilizado. Para reforzar esa división, producto del miedo fantasioso, se dibujaban en los límites de esos mapas monstruos marinos, cavernícolas, serpientes descomunales tragando hombres y embarcaciones y hasta gigantes y demonios voraces.
Quizá Bush le encargue a un cartógrafo, en un futuro próximo, la tarea de dibujar, extramuros de Estados Unidos, monstruos fabulosos que representen a los enemigos virtuales del imperio. En la tierra incógnita de México, un ser fabuloso de bocas numerosas y cien brazos escamosos tendidos hacia la muralla yanki. En América del Sur, un cíclope raquítico y desdentado, cubierto con un raído poncho indígena. En Asia, un dragón que despliega sus alas entre hormigueros altos como montañas. En Africa, un troglodita de vientre hinchado, con ojos como escarabajos, royendo un hueso de mamut. En Europa, un escorpión gigantesco (que podría simbolizar al euro), cruzando la frontera que separa al Viejo Continente de Turquía…”