Revista poética Almacén

Una ciudad que estornuda



El mecanismo es simple, llega, entra, se extiende y ya está, infectado, a partir de aquí a esperar un proceso que por sencillo resulta letal si no se contrarresta.

Un virus.

Un ser capaz de condensar hasta el mínimo imprescindible sus características vitales y tan adaptable que cualquier otro ser vivo le sirve como receptor de dichas características y "utero" para el desarrollo de su prole.

Un virus.

El cuerpo a ocupar nos rodea día a día creciendo ajeno a su sustento y creando inercias de consumo inoperantes en su posibilidad de crecimiento. Es un cuerpo denso incapaz de esponjarse si no es en base a intercambios siempre ventajosos.

Debe ser una lucha endógena, un ataque desde el centro de operaciones de la construcción de ese cuerpo denso, con tal ausencia de carácter que condena a las ciudades a una monotonía de constante insatisfacción que acaba homogeneizando las imágenes en las que nos sumergimos hasta un punto en el que no hay diferencia entre recorrer la periferia de Madrid o los barrios de A Coruña.

Una infección capaz de exteriorizar en su imagen los motivos de ruptura en los que desembocar un planteamiento de cambio.

Planteado el escenario en el que se desarrollará la batalla es esquema de operación ha de responder inevitablemente a una táctica de guerrilla urbana. No se trata de luchar contra el elemento denso desde un frente claro sino de mantener operativos varios frentes capaces de interactuar entre si para derivar una sinergia de victoria, actuaciones meditadas con la óptica y la estrategia de un virus, o mejor aun de un retrovirus.






Se trata de codificar la mayor cantidad posible de información y compactarla según una estrategia de supervivencia.
Un retrovirus desarrolla su supervivencia en base a una cadena incompleta, en base a una secuencia inacabada, una posibilidad, una cadena de RNA capaz de completarse a si misma para combinar un DNA ya autosuficiente y abierto a su posible desdoblamiento en cuanto el sustrato protéico sobre el que se apoya lo permita. Es el lobo estepario subido a la colina esperando con su rifle de francotirador a la salida de la curva, es un predador silencioso y paciente, letal y sobre todo eficaz.

Se trata pues de organizar estategias operativas en las escalas intermedias de operatividad de manera que se provoque una aceleración de la sinergia que encauza la colonización silenciosa y ayude a la búsqueda de una mediocridad con alto contenido que acabe rechazando el producto denso, el producto de consumo burdo, inoperante y extensivo.

Esta táctica infecciosa pasa por la elaboración de programas capaces, proyectos abiertos basados en esquemas multicapa con potencial de inserción en los distintos estratos del debate intelectual que desde un vertice proponen pero al que atacan.

Combinatoria.

Supervivencia.

Estrategia capaz.

Proyecto multicapa.

Como Mallarmé, una obra inacabada.

Una ciudad que estornuda no es una ciudad enferma, una ciudad con fiebres es un cuerpo exteriorizando un proceso endógeno. Si es un proceso infeccioso denota que se sucede en su interior una lucha desigual, una lucha de elementos de ocupación que no tienen porqué desaparecer apagados por los guardianes del cuerpo denso.

Matar a una mujer es querer que desaparezca el cuerpo denso que homogeneiza el día a día, es esa mujer la que estornuda, la que debe caer víctima del operativo de guerrilla urbana en que se convirtió la infección del cuerpo denso.



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